Viernes 10 de junio de 2022 19:37
¿Quién es realmente el dueño del canal La Red?: Sobornos, sociedades en paraísos tributarios, tráfico de influencias y financiamiento a políticos, son parte de su historia
La Red, tras ser reconocido como "el canal más confiable" por el Consejo Nacional de TV, vive hoy una de sus crisis más profundas, luego de apostar por una línea editorial del "Chile que despertó".
Mónica González, conocida periodista de investigación, co-fundadora de Ciperchile, Premio Nacional de Periodismo; Alejandra Matus, también conocida periodista y escritora chilena, reconocida por su labor en la difusión de los atropellos a los derechos humanos y jefa de investigación de distintos medios; Mauricio Weibel, también periodista y destacado por haber dado a luz los desfalcos en el Ejército; o Josefina Barraza, periodista que puso en la palestra el supuesto rol de la función de los Carabineros infiltrados en la marcha del llamado "estallido social"; y V´íctor Gutiérrez, también periodista y escritor del libro «Michael Jackson fue mi amante», reconocido también por su labor investigativa. Todos ellos tienen algo en común: todos fueron parte de la última época del canal La Red, donde se apostó por una línea editorial y a una forma de hacer televisión que decían era de acuerdo al "Chile de hoy, el Chile post estallido, el Chile que despertó".
Pero todos estos profesionales de la prensa nacional, reconocidos muchos de ellos inclusive fuera de las fronteras y que, en sus años de profesionalismo han estado habituados a investigaciones periodísticas que tuvieran relación a hechos como sobornos, sociedades en paraísos tributarios, tráfico de influencias o financiamiento a políticos, en estos dos años –quizás por desconocimiento– nunca advirtieron quién es el hombre que pagaba sus honorarios mensualmente, quién es el personaje dueño del canal "más confiable" de la TV, el mismo que tiene hace meses en una inestabilidad laboral a sus trabajadores, al no poder pagarle sus sueldos al día y tener imposiciones atrasadas.
El sólo apodo de Ángel González ya comienza a develar quién es este hábil empresario de las comunicaciones que está detrás de la propiedad del canal de televisión que durante los últimos dos años, en diferentes espacios televisivos daba cátedra de cómo debía construirse el nuevo Chile y denunciando lo que su línea editorial consideraba era lo que la ciudadanía debía saber.
En Chile, La Red funciona bajo la sociedad anónima denominada «Compañía Chilena de Televisión S.A.», pero tras ella y tal como lo informó El Mostrador el año 2017, antes del estallido social, existe un entramado societario que da forma a Global Holding Properties Corporation, que es la principal accionista del canal en Chile y en la que figuran Ángel González, su esposa Alba y su hija Morelia.
Global Holding Properties Corporation, según la información del año 2017, tenía domicilio en las Islas Vírgenes Británicas y está en el listado de los clientes de la oficina Mossack Fonseca, el bufete que abrió la información conocida como los «Panama Papers», a partir de la cual se revelaron cientos de sociedades constituidas por personas de alto patrimonio y líderes políticos en paraísos fiscales, para evadir impuestos y fiscalización.
De hecho, el sitio CiperChile, donde es cofundadora Mónica González, periodista parte del staff de La Red, publicó extensos reportajes sobre los denominados «Pandora Papers» y «Panama Papers» y su relación con empresarios chilenos, pero solo se habló en profundidad de las sociedades que tendría el –en ese entonces– presidente Sebastian Piñera. Nada se dijo del hombre que era dueño de una de las cinco frecuencias de televisión abierta en Chile y del cual hay serias sospechas que no solo sea dueño de un canal en Chile, sino que de dos, algo completamente ilegal.
El denominado «Fantasma», cuyo apodo justamente no nace por su blancura, sino por su habilidad para pasar desapercibido mediante "prestanombres" y así evadir las leyes que prohíben los monopolios, como lo describe una crónica de Goal.com, es sindicado como el dueño de dos canales en Chile y no solo La Red, sino que también de Telecanal.
El abogado Luis Cuello, conocido por patrocinar el requerimiento que terminó con la expulsión de Agustín Edwards del Colegio de Periodistas, y otro para conocer las actas del directorio de TVN que podían mostrar el conflicto de interés del ex director Cristián Leay con el caso SQM, buscó en su minuto hacer luz respecto a los rumores de que el mexicano Ángel González –por sí mismo o por terceras personas– tendría estas dos concesiones de TV abierta en Chile: las utilizadas por los canales 2 y 4 en la región Metropolitana.
Según una crónica de El Mostrador, en diciembre de 2016, Cuello pidió a través del Consejo para la Transparencia (CPLT) la información sobre los cambios en la propiedad y los directorios de los canales privados entre 2010 y 2016. El Consejo Nacional de Televisión solo entregó los datos correspondientes al año 2016. A la Fiscalía Nacional Económica también le pidió los informes, a partir de los traspasos de propiedad en los concesionarios de las respectivas señales. Ambas instituciones entregaron información parcial, por lo que el abogado apeló y el CPLT aceptó los recursos, ordenando entregar la información completa.
En el camino, Cuello se ha formado la convicción de que, en la práctica, Ángel González controla las dos mencionadas concesiones de televisión abierta.
“Hay elementos de facto, que permiten acreditar, fehacientemente, que estamos en presencia de un mismo grupo empresarial y esos elementos de facto tienen que ver con que, por ejemplo, estas dos empresas, Wayland Services y Global Holding, están constituidas e intermediadas por una misma oficina, el mismo estudio jurídico, junto con otras empresas offshore, que pertenecen a integrantes de la red, del entorno, de Remigio González”, afirma.
El abogado detalla además que “a partir de los antecedentes que hemos recopilado de fuentes abiertas, fuentes públicas, voy a presentar un requerimiento al CNTV con el objeto de que revise la legalidad de la concesión de Telecanal y la caducidad de ella, toda vez que, como digo, ha sido obtenida ilegalmente”.
Cinco años después de esta nota publicada por El Mostrador, el Consejo Nacional de Televisión nunca ha sido claro al respecto sobre este punto, sino que al contrario: le entregó a La Red el premio de ser considerado "el canal más confiable para la ciudadanía" en marzo de este año 2022, a sólo meses que explotara la caja financiera que hoy tiene a la estación en una crisis que, inclusive, este lunes no le permitió sacar sus programas al aire.
Lo que sí es clara es la ley, la número 18.838, que regula al Consejo Nacional de Televisión y las concesiones de señal abierta, la cual establece claramente que no podrá entregarse otra concesión “a la persona jurídica que sea titular de una concesión VHF o que controle o administre a otra concesionaria de servicio de radiodifusión televisiva de libre recepción VHF, en la misma zona de servicios del país".
Según el medio Prensa libre, de Guatemala, la esposa de Ángel González presentaba en julio del año 2021 una acción legal para que no la juzgaran por financiamiento electoral no registrado en ese país.
Cabe consignar que el denominado «Fantasma» es dueño de una serie de canales de televisión de ese país y su esposa que, consigna el medio, se encontraba prófuga de la justicia desde el año 2016 cuando fue acusada porque habría dado aportes económicos a la campaña del Partido Patriota (PP) del 2011, cuando Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti ganaron las elecciones para presidente y vicepresidenta, respectivamente.
Ese financiamiento se habría entregado por los canales 3 y 7 de Guatemala, propiedad del empresario y donde su señora aparecía como su representante, misma mujer que también aparece como parte de la sociedad que controla La Red en Chile.
La organización Fundamedios del Ecuador, que nace el 2007 con el compromiso de la promoción de la libertad de expresión de ese país, emitió un informe que develó el modus operandi que habría tenido el mismo dueño de La Red en Chile para adquirir medios en ese país.
El diario El Comercio de Ecuador es un medio centenario, uno de los más importantes del país. Si hacemos un símil con Chile, sería algo así como El Mercurio.
En plena época de la denominada «Revolución Ciudadana», este hábil empresario se quedó con la propiedad de este medio, pero aquel informe de Fundamedios reveló que esto se concretó gracias al pago de sobornos a altos funcionarios del correísmo.
El informe detalle paso a paso los acuerdos a los que se llegó en torno a esta negociación, así como los nombres de los ministros del ex presidente Rafael Correa —sentenciado por corrupción y prófugo de la justicia— que lucraron directamente de los sobornos que habría entregado el dueño del canal donde se emite «Mentiras Verdaderas».
González controla una gran cantidad de medios en diferentes países de América Latina: Guatemala, Nicaragua, Honduras y Ecuador son sólo parte de aquello y Chile no está fuera de su radar, con la propiedad de La Red y la sospecha sobre Telecanal.
El modus operandi de este empresario sería que antes de realizar la compra de medios de comunicación, el «Fantasma» seduce a funcionarios que tengan nexos con la política local, para acercarse sigilosamente a los gobiernos de turno. Como parte de su estrategia, González genera relaciones con los presidenciables, los apoya con sus medios de comunicación cuando sabe que estos pueden ganar. Después, espera que los favores retornen con contratos de publicidad en sus espacios o mediante acuerdo de servicios, de entrevistas, por ejemplo. Este modus operandi del «Fantasma» se describe en los documentos que aparecieron en el juicio en el estado de Delaware, entre Carlos Lorefice y Ángel González, según relata el informe de Fundamedios del Ecuador.
Esto fue corroborado por un ex alto ejecutivo de Albavisión, nombre del holding que agrupa a todos los canales del «Fantasma». Este ex ejecutivo participó en varias de estas operaciones. Según él, “Ángel Remigio González no viaja fuera de Estados Unidos y permanece la mayor parte del tiempo en su mansión en Key Biscayne. Si los interesados no viajan a Miami para cerrar los acuerdos políticos —por lo general en restaurantes—, se instrumentan por intermedio de su gente local, que tienen contacto directo con las segundas líneas de los presidentes: ministros, secretarios…”.
En Ecuador, el «Fantasma» encontró en los hermanos Vinicio y Fernando Alvarado Espinel a los aliados perfectos. En especial, Fernando Alvarado, quien manejó, entre 2009 y 2015, la comunicación del Gobierno de Rafael Correa. Los hermanos llegaron a ser no sólo la "mano derecha" de Correa, sino el nexo más fuerte con González. ¡Bingo! El «Fantasma» dio en el clavo en Ecuador, quizás en Chile la apuesta pudo haber fallado.
Según la fuente a la que accedió Fundamedios, los hermanos Alvarado sugirieron a Ángel González la compra de diario El Comercio. Ésta habría sido la primera vez que el «Fantasma» se involucra en los medios gráficos. Para animarlo, la misma fuente señaló que los Alvarado le ofrecieron: “Pauta oficial en sus nuevos medios impresos; contratación de los servicios de imprenta; un nuevo canal de televisión (una de las exigencias del «Fantasma» para comprar El Comercio), así como la regulación y entrega de 8 frecuencias de radio en sus manos”. A cambio, pidieron parte del control editorial del diario para favorecer al correísmo y un sobre con dinero extra, claramente.
Un documento del grupo interno de Ángel González, titulado «ECU-Detalle negociaciones de JMB e IB», al que tuvo acceso Fundamedios, describe el plan de pago que se realizó para Ecuador: un desembolso salió por la entrega de la frecuencia de Canal 11, actualmente TVC, y otro pago de salió por la regulación y entrega de las frecuencias de Galaxia Stereo, Joya Stereo, Metro Stereo, Tropicálida FM Stereo, Alfa Stereo, Fabu Stereo, HN Radio y Radio Quito.
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El apodo del «Fantasma» que tiene Remigio Ángel González González nace en la década de los '80 cuando, por no pagar sus deudas a un empresario peruano, decide aislarse en una lujosa mansión en Miami, sin dejarse fotografiar o verse en público. Así lo describe el medio ABC de Paraguay.
La historia cuenta que con tan sólo 29 años llegó a Guatemala. Sus inicios fueron como vendedor de publicidad hasta que se convirtió en amo y señor del emporio de medios más grande de toda América Latina. De hecho, por ejemplo, Televisa, Paramount, Turner o gigantes como Univisión no poseen la presencia en tantos países latinoamericanos como sí lo tiene el denominado «Fantasma» dueño de La Red en Chile.
El poder en Guatemala es de tal magnitud, donde su tráfico de influencias y el poder político que le reconocen es tan fuerte que aseguran que quien desee ser Presidente de ese país debe pasar indefectiblemente por la oficina de Ángel González y conseguir tal bendición.
El del Canal 9 de Argentina, también propiedad del «Fantasma», es un caso emblemático de cómo uno de sus más cercanos estuvo a punto de arrebatarle la señal. Todo esto, debido a que el estilo de este empresario para burlar las leyes de algunos países donde se prohíbe que los medios sean manejados por extranjeros o en el caso de Chile, que existan dos señales abiertas asociadas a uno sólo, es un modus operandi en su gestión.
En unas de las pocas declaraciones que entregó al periodista Will Weissert, de la agencia noticiosa Associated Press, en el 2002, el «Fantasma» nombra sus inversiones en Chile y se hace cargo de esta estrategia de ocupar "prestanombres" o "testaferros".
“¿Por qué mentir? En Guatemala utilizo el nombre de mi esposa, en Chile tengo a chilenos, en Perú tengo a peruanos (…) Yo manejo un consorcio de compañías y dejo que mis amigos y parientes controlen todo. Yo no violo ninguna ley”, indicó González.
Otra de sus estrategias es imponer líneas editoriales en sus medios para conseguir sus fines comerciales, siempre cercanos a los políticos de turno. Si bien, en Chile, la señal de La Red, bajo su mandato, nunca había podido levantar una línea editorial periodística más dura como en otros países, haber sacado a Javier Urrutia y colocar al periodista Víctor Gutiérrez, sumado a la contingencia del país, le habría dado la oportunidad perfecta para replicar el modelo de negocios, por ejemplo, que tiene en Guatemala, sumando a diversos periodistas que tradicionalmente no estaban en televisión, pero que, en conjunto, podrían formar justamente una línea servil a los intereses del «Fantasma».
El sitio Prensalibre.com de ese país detalla esta estrategia de contenidos diciendo que "Albavisión, que en Guatemala controla el monopolio de la la televisión abierta, Radio Cadena Sonora y la red de cines Albacinema, no sólo se dedica al entretenimiento, sino que ha distorsionado la realidad del país a través de difundir información acomodada a los intereses de gobiernos, partidos y candidatos. Los “infomerciales”, por ejemplo, es propaganda elaborada por autoridades o candidatos que luego los canales de la televisión abierta transmiten como si fueran noticias, con lo cual engañan a su teleaudiencia, pero amarran la lealtad de políticos y funcionarios".
La crónica escrita por el periodista Haroldo Shetemul, toda una figura en Guatemala, dice que el «Fantasma» y su red de medios no sólo viola las leyes de su país, sino que "ha sido uno de los responsables principales de la cooptación y saqueo del Estado".
En uno de los casos donde se investigó el modus operandi de este empresario fue justamente cuando casi pierde la propiedad de Canal 9 de Argentina. cuando estaba en manos de un testaferro de él. En ese caso, que fue llevado en Estados Unidos, la jueza del distrito de Delaware ordenó justamente que se le devolviera el control del canal argentino a Albavisión, pero para lograr aquello, González reconoció en el largo proceso que evadió impuestos y cometió ilícitos en los países de América Latina donde opera, e inclusive mintió a la oficina de impuestos de Estados Unidos de América. Esta declaración motivó que la Cámara de Representantes de la Casa Blanca solicitara una investigación por corrupción y crimen organizado.
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De hecho, la Sociedad Interamericana de Prensa y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos han expresado su preocupación por el monopolio de González y su impacto en la libertad de expresión en América Latina.
Ángel González es más reconocido como un conservador que adepto a las ideas que la línea editorial de su canal en Chile intentó promover durante estos dos años. De hecho, el apoyo entregado a Otto Pérez Molina, en Guatemala, lo demuestra.
Este político, ayudado por el «Fantasma» para llegar al poder, pertenece al Partido Patriota, de tendencia conservadora, liberal solo en materia económica y considerado "derechista", ligado al nuevo poder económico de los militares y de algunos empresarios de ese país.
Esa tendencia de González era bien sabida por el ex presidente Sebastián Piñera. Incluso, fuentes del ex "segundo piso" confirman a Puranoticia.cl que el nexo entre ambos era Javier Urrutia, ex director ejecutivo del canal La Red.
Urrutia fue uno de los encargados del traspaso de Chilevisión a Piñera cuando fue adquirido al grupo Claxson. Luego, Urrutia se quedó un tiempo en la señal del ex Mandatario, y después partió a Ecuador, justamente a controlar el recien adquirido canal del «Fantasma», para que después de un breve paso por Perú llegará a comandar La Red en Chile.
Una de las teorías que existe en torno a por qué el Consejo Nacional de Televisión no profundizó en la doble propiedad que tendría González en La Red y Telecanal fue que justamente, en aquel tiempo, el CNTV era presididio por Herman Chadwick Piñera, uno de los hombres más cercanos al ex Presidente.
La línea directa de Piñera con el «Fantasma» quedó develada cuando el propio canal La Red cuenta cómo la asesora de La Moneda, Magdalena Díaz, se comunicó con el empresario en Estados Unidos para reclamarle que "su canal se fue a la izquierda" y "que el daño que se le hace a la democracia con esta línea editorial es complicado, pues genera divisiones en el país". Esto, a raíz de la entrevista que La Red había realizado a Mauricio Hernández Normabuena, el ex frentista que actualmente cumple condena por el asesinato del ex senador Jaime Guzmán.
Claro que esta vez, a diferencia de los contactos anteriores, el «Fantasma» decidió hacerlo público y utilizar aquella llamada para afianzar lo que era su línea editorial en Chile.
Lo concreto es que en Chile, este personaje que es reconocido internacionalmente por su modus operandi, es quien maneja el canal La Red, el mismo reconocido por el Consejo Nacional de Televisión como "el más confiable", el mismo que logró imponer una agenda periodística y programas de corte crítico al desarrollo político del Chile de los últimos 30 años, defendiendo una nueva forma de televisión... la del "Chile que despertó".
El mismo que quizás tenga en su staff, partiendo por su ex director, a un equipo de periodistas de investigación de primera línea, siempre preocupados y marcando la pauta develando casos de corrupción, tráfico de influencias, sociedades y empresarios que burlan impuestos, las mismas temáticas que la prensa internacional de América Latina ha denunciado de quien pagaba, al menos hasta hace unos meses, sus honorarios.
Mucho se ha dicho y se ha criticado que empresarios dueños de grandes mineras o propietarios de bancos sean dueños de canales de televisión y medios de comunicación en general. No podemos olvidar que incluso el ex presidente Piñera fue dueño de uno en su minuto; no obstante, nada se ha dicho que el canal que intentó dar cátedras de cómo hacer televisión en los últimos dos años y que, incluso, osadamente trató de enlodar una de las obras más emblemáticas del país, como lo es la Teletón, tratando de colocar un manto de dudas tras su gestión, era manejado por uno de los más oscuros empresarios que conoce Latinoamérica y que su fin reconocido, al menos en Guatemala, era justamente instaurar una línea editorial con un fin político.
Tras el tuit del diputado y ex vicepresidente del Senado, Jaime Naranjo, donde llama a "no dejar morir a La Red" e insta a ayudarlo tras su crisis económica actual que le impide pagar sus sueldos, queda preguntarse qué pasó que este multimillonario empresario de las comunicaciones dejó de aportarle dinero al canal.
El canal siempre en los últimos años ha tenido pérdidas: en diciembre del 2019, mismo año del estallido social, las pérdidas acumuladas superaban los 42 mil millones de pesos. Un año después, a fines del 2020, la cifra aumentó a más de 46 mil millones y para fines del 2021, la auditoría realizada por una empresa externa al canal consideraba pérdidas recurrentes, flujo operacional negativo y déficit patrimonial al 31 de diciembre del 2021
De hecho, para el período comprendido entre diciembre del 2020 y diciembre del 2021 se presentaron las mayores pérdidas, las que fueron más de 10 mil millones de pesos, llegando a fines del año pasado a un déficit acumulado de 56 mil millones de pesos, y todas esas pérdidas eran absorbidas desde Miami, mes a mes, por el denominado «Fantasma», quien enviaba las remesas correspondientes.
Estas mismas pérdidas, conocidas por la industria, descartan la tesis del propio diputado Jaime Naranjo que, en su tuit, dice que, al canal, "lo más probable es que le quitaron todo tipo de publicidad para ahogarlo económicamente", en referencia al episodio cuando Carozzi sacó su pauta del canal. Sin embargo, los números muestran que a lo largo de al menos los últimos dos años, lo más importante no estaba en generar utilidades, sino que en imponer un modelo televisivo y editorial, con un fin mayor, que pudo haber finalizado justamente cuando la comisión de servicios de Víctor Gutiérrez caducaba, fecha que es coincidente con el término de la elección presidencial en segunda vuelta en diciembre del 2021.
¿Habrá ya cumplido su cometido el canal al que ya no le colocaron más dinero desde su casa matriz en Miami y hoy no alcanza a pagar los sueldos? ¿Habrá sido el «Fantasma» un "prestacanal" o un "prestanombre" a intereses de un tercer poder interesado en generar un contenido como el expuesto por el canal en estos últimos dos años? Porque de algo hay certeza: lo que menos le falta al «Fantasma» es dinero. De hecho, se acaba de comprar 12 canales de televisión en México, mismo destino que ahora tendrá Victor Gutiérrez, su renunciado ex director ejecutivo y que todo indica vino a Chile sólo a una comisión de servicio, encomendada para un fin que sólo el «Fantasma» conoció.
PURANOTICIA