Miércoles 3 de abril de 2024 16:31
U. de Los Andes abre investigación por estudiante que se quitó la vida tras denunciar maltrato de docentes
La familia de la alumna de Terapia Ocupacional que se quitó la vida denunció malos tratos de sus tutoras de internado.
La Universidad de Los Andes anunció que realizará una "exhaustiva investigación" tras el fallecimiento de la estudiante Catalina Cayazaya, quien se quitó la vida tras denunciar maltrato por parte de docentes.
"Con profunda tristeza nos dirigimos a la comunidad universitaria para expresar nuestro dolor por el fallecimiento de Catalina Cayazaya y el gran sufrimiento por el que está atravesando su familia, amigos, compañeros y cercanos", señaló el plantel a través de un comunicado.
En esta línea, informaron que "iniciamos una exhaustiva investigación para determinar las eventuales responsabilidades. Al mismo tiempo, revisaremos el sistema de prácticas y vínculos con los campos clínicos que buscan garantizar un ambiente seguro para nuestros estudiantes".
"Reiteramos nuestro total rechazo a cualquier tipo de maltrato y el compromiso de asegurar un ambiente de aprendizaje respetuoso y amable donde se facilite la escucha, el diálogo y la acogida", añadieron.
Finalmente, mencionan la disposición de un servicio de apoyo psicológico, "para aquellos que puedan estar enfrentando en este momento mayores dificultades ante esta dolorosa pérdida".
Y la madre de Catalina, Carola Cors, relató por redes sociales las situaciones vividas por su hija durante su internado, y que la habrían llevado a quitarse la vida el 16 de marzo.
Según comentó en un texto titulado "A Catalina le arrebataron las ganas de vivir", la joven ingresó en marzo de 2017 a estudiar Terapia Educacional en la Universidad de Los Andes, donde “pasó los primeros 4 años sin problemas”.
"Hasta que en 2022 inició el internado, en un lugar donde está normalizado el maltrato a los internos de las carreras de salud", señala.
Cors explica que en “su primer internado le tocó una tutora de Terapia Ocupacional que usaba a las internas para realizar talleres y que las trataba según el ánimo con que amanecía, incluso con insultos y faltas de respeto. Lo comentó con su profesora a cargo, pero sin ningún resultado. Tanto así que para Catalina fue una sorpresa que en las evaluaciones preliminares la felicitaran por su desempeño".
“Se presentó al examen sin nota de desempeño y con la exigencia de evaluar a la tutora previo a este (ambas situaciones completamente irregulares e ilegales, en conocimiento de la universidad) La evaluó creyendo que no llegaría a ella hasta después. La reprobó”, agregó.
Tras esta situación, la joven fue a dirección, pero la madre manifiesta que “nadie la escuchó. Fue tratada de sensible” y que posteriormente “escribió una carta a la dirección (firmada por la mitad de su curso), relatando los maltratos e irregularidades sufridas en cada una de sus rotaciones”.
“La respuesta: fueron citadas en forma individual, cada 10 minutos, donde se las acusó de mentirosas y de injurias y amenaza de suspensión de internado. Las chicas se paralizaron. Salió con su primera licencia psiquiátrica, destruida y sin esperanza. Su familia y su equipo tratante logró levantarla y volvió”, comenta.
La mujer explica que fue en el segundo internado cuando la joven estuvo trabajando en horarios extensos y en “reiteradas ocasiones sola, sin supervisión”.
“Las 2 evaluaciones preliminares. paso bien calificada. Sin ninguna retroalimentación negativa. Pero la última semana la tutora se enteró que no tendría internas en la próxima rotación, a causa de la cantidad de licencias por salud mental. Un día antes del examen informó que Catalina no podía presentarse porque la encontraba deficiente”, detalla.
En el escrito, se señala que “Cata exigió su nota de presentación y su derecho a presentarse a examen en un mail a la dirección, se lo permitieron. Nuevamente le exigieron evaluar a la tutora previo al examen y se volvió a presentar sin nota de desempeño. La tutora la aprobó con un 4, y en ese momento informó que su nota de presentación era un 2 (improbable con 2 preevaluaciones buenas). Esta vez se fue al suelo, sin esperanza ni ganas de vivir”.
La madre recalca que fue a la universidad a plantear “todas las irregularidades” y que les mostró que su hija “ya no quería vivir, que perdió la esperanza y el propósito vital. Solo promesas de que se investigaría. Ninguna investigación, ninguna sanción. Solo que su última tutora, ya no recibiría más internas en su consulta particular. Mi hija fue la última”.
“El 16 de marzo de este año la encontré muerta en la mañana, con una nota pidiéndome perdón por no poder resistir tanto dolor”, expresa.
PURANOTICIA