Miércoles 20 de diciembre de 2023 10:18

Estudio U. Andes: 40% de los chilenos dice sentirse triste la mayor parte del tiempo

Por grupo socioeconómico, el 21,7% del ABC1 dice sentirse triste “siempre o casi siempre” o “la mayor parte del tiempo”, mientras que en el grupo E el guarismo llega al 50,4%.

El 42,7% de los chilenos, es decir, cuatro de cada 10, dice estar “siempre” o “buena parte del tiempo” triste. En tanto, el 48,7% se siente triste “pocas veces” y apenas el 8,6% “nunca o casi nunca”.

La información aparece hoy en El Mercurio, que publica el estudio “Bienestar emocional de los chilenos postpandemia” realizado por la Escuela de Psicología de la U. de los Andes, mediante encuestas telefónicas realizadas en agosto de este año a 1.210 hombres y mujeres adultos en todo el país, pertenecientes a los cinco grupos socioeconómicos.


“Estas son cifras preocupantes si se comparan con los datos nacionales de países similares recogidos antes o durante la pandemia, donde raramente se supera el 25%. Además, muestran que lamentablemente en Chile hoy la tristeza es incluso mayor en los sectores más vulnerables”, dice en El Mercurio Fabián Barrera, académico a cargo del estudio que espera repetir cada dos años.

Por grupo socioeconómico, el 21,7% del ABC1 dice sentirse triste “siempre o casi siempre” o “la mayor parte del tiempo”, mientras que en el grupo E el guarismo llega al 50,4%.

“Gran parte de este porcentaje se relaciona con los eventos estresantes que hemos experimentados, como sociedad desde el estallido y la pandemia. Pero también es importante pensar que una buena parte de la población parece contar con insuficientes estrategias de afrontamiento de este tipo de emociones, por ejemplo, con pocas oportunidades para llevar estilos de vida saludable o para conseguir apoyo social o profesional cuando experimenta tristeza en este grado”, un aspecto clave según Barrera, quien además es director del Laboratorio de Innovación en psicología y Educación de la U. Andes.

“Se supone que este era el año en que íbamos a volver a la normalidad en todos estos aspectos, pero al observar tales niveles de tristeza, estrés y poca capacidad para disfrutar de la vida, creemos que habrá que redoblar con urgencia los esfuerzos de prevención de nuestros problemas de salud mental”, asevera.

Simón Michell, director clínico de Terapi, plataforma online de atención psicológica, opina que “en los últimos años muchas variables culturales, condiciones sociales y económicas han cambiado, generado incertidumbre y la sensación de pérdida de la vida que teníamos” y en ese sentido, “la tristeza simboliza el sentido de perdida de algo”.

Luis Gajardo, sociólogo y académico de la U. Central, agrega que “hace tiempo vivimos en una sociedad que pone un fuerte acento en metas como el éxito económico y profesional, pero que no proporciona los medios para alcanzar esas metas. Entonces hay una sensación de fracaso, tristeza, por ni poder controlar mi proyecto de vida”.

Ambos coinciden en que el sistema político ha contribuido a esta realidad. “La clase política no ha estado a la altura de lo que la sociedad necesita; la gente ve que los problemas se mantienen y se da una especie de desesperanza aprendida”, dice Gajardo. “Lo más terrible es que esto podría prolongarse en el tiempo”.

Barrera agrega que “uno espera que estos indicadores se mantengan o aumenten, no desaparezcan por sí solos. Por eso es necesario buscar la forma más adecuada de intervenir a nivel macro”.

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