Ministra Marcela Hernando llamó a desdramatizar norma que renacionaliza la minería

La futura ministra de Minería, Marcela Hernando, le restó dramatismo a la propuesta de norma que plantea la renacionalización de los recursos mineros, toda vez que por delante queda un largo camino de tramitación dentro de la Convención Constituyente.

Junto con destacar que el país ofrece estabilidad y una calidad institucional que favorece la inversión extranjera, Hernando recordó que la votación dentro de la comisión de Medio Ambiente no fue unánime, y que la misma bien podría encallar en la votación que se realice en el pleno, donde, al parece, no tendría los 103 votos mínimos para convertirse en norma constitucional. “Aquí tendría que haber un acuerdo transversal. Se tiene que llegar a acuerdos que son tremendamente exigentes en cuanto al quórum, por lo tanto, hay que dialogar, dialogar y dialogar”, declaró.

“Hay que bajarle el tono a la discusión, porque aquí nadie está haciendo una revolución ni va a haber una toma de la Bastilla ni nada por el estilo (…) la idea es trabajar en que existan (las certezas) y que, por lo tanto, se incentive la inversión en Chile”, agregó.

Sin embargo, y ante la posibilidad de que tal iniciativa de norma prospere, llamó a poner las cosas en su justa medida pues no sería la primera vez que el país, en su conjunto, decide recuperar el recurso minero. “En Chile ya ocurrió con la estatización en los ‘70. Eso fue apoyado transversalmente”, señaló en EmolTV.

Asimismo, la cancelación del régimen de concesiones mineras debe ajustarse a derecho, contemplando, si fuera el caso, las debidas indemnizaciones por las inversiones que realizaron las empresas privadas. Una fase que complejiza mucho el proceso de recuperación. “Correspondería pagar en justicia lo que tenga de inversión esa empresa y lo que más complicación, diría yo, es cómo valorizas que tendrías que pagar. También evaluar si es que el país está en condiciones para eso”.

Sin embargo, la futuras titular de Minería no escondió la necesidad de reformar el funcionamiento de la industria para que “deje réditos en Chile”, toda vez que no sólo debería “agregar valor, sino que capturar ese valor para nuestro territorio”.

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