Domingo 22 de octubre de 2023 19:47

Sergio Massa pasaría a segunda vuelta: Crece el optimismo en el entorno de la opción de Unión por la Patria en las elecciones de Argentina

En la sede de Unión por la Patria, en el barrio de Chacarita, sostienen que Massa estará en la segunda vuelta y que Kicillof será reelegido en la provincia de Buenos Aires.

En la previa a que se conozcan los primeros resultados de este domingo electoral, en el oficialismo reina un optimismo generalizado, que a medida que pasa el tiempo comienza a ser expresado con menos reparos. Primero había más prudencia respecto de los resultados, pero con el correr de los minutos la sensación de que están dentro del escenario de segunda vuelta, va in crescendo. El optimismo que sobrevuela en el comando de campaña del Complejo C, en Chacarita, es que Sergio Massa competirá en la segunda vuelta, el 19 de noviembre, para quedarse con la Presidencia. El arribo del tigrense al búnker en el barrio de Chacarita, es inminente. El clima reinante contrasta con el que se vivió en agosto pasado, durante las primarias, cuando el peronismo quedó tercero.

Al lugar no está previsto que asistan Cristina Kirchner ni Alberto Fernández, en tanto sí estarán presentes Massa, Leandro Santoro, candidato a jefe de Gobierno porteño, y Axel Kicillof, que apunta a ser reelecto en la provincia de Buenos Aires.

Pieza central del armado electoral, el territorio bonaerense suscita gran parte del optimismo que se vive en el búnker ubicado sobre la avenida Corrientes al 6000. Uno de los elegidos para salir a hablar fue Andrés “Cuervo” Larroque, ministro bonaerense, lo que fue leído como una señal de la confianza que vive el oficialismo en la provincia. Reelegir ese territorio para el oficialismo luce por estas horas como una apuesta central en mira a lo que sucede a nivel nacional y el optimismo también se ve allí., Los datos, creen, podrían conocerse antes de los nacionales.

Massa tiene previsto llegar en cualquier momento al Complejo C para esperar los números oficiales que, de acuerdo a aproximaciones del Gobierno, se conocerían a partir de las 22, pero hay estimaciones respecto de que podrían estar antes. Massa llegaría acompañado por su esposa, Malena Galmarini, y parte de su círculo más cercano. En las afueras del lugar ya hay algo de militancia, el tránsito está cortado y empieza a crecer el típico folklore peronista, con puestos de chorizos, hamburguesas, bombos y fieles embanderados.

Pero ya por estas horas el optimismo va increscendo y da cuenta de que Massa “entraría al ballotage” con el libertario Javier Milei, a quien incluso hay quienes consideran que se “estancó” en las últimas semanas.

“Hay buen clima”

“Llegamos bien”, decían altas fuentes de la campaña esta tarde. “Hay buen clima”, apuntaba otro. En todos los casos nadie confiaba o dejaba trascender los números de boca de urnas encargados por terceros, pero aseguraban estar tranquilos. Todo eso pese a que las últimas se agravó la crisis económica que tiene como último dato de inflación un 12, 4% y un acumulado de 138, 3%.

Massa compartirá el bunker, que el peronismo viene usando en sus distintas elecciones desde hace varios años, con Santoro, candidato a jefe de Gobierno porteño y con Kicillof, que apuesta a retener la provincia de Buenos Aires. Este último punto es central para las expectativas de Massa, ya que el padrón electoral bonaerense concentra casi el 40% del total nacional.

Kicillof llega, al igual que Massa, a esta instancia, salpicado también por el escándalo de Martín Insaurralde, exjefe de Gabinete bonaerense y excandidato a concejal de Lomas de Zamora, en un barco en Marbella y de Julio Segundo “Chocolate” Rigau, detenido con 48 tarjetas de débito de empleados de la legislatura bonaerense en su poder. De ambos buscaron despegarse con velocidad, y en sus equipos reinaba la sensación de que ambos se habían movido expeditivamente, pero las consecuencias, según admiten en el propio espacio, son insospechadas.

Desde las PASO, Massa buscó polarizar con la figura de Javier Milei, pero sin atacarlo, “ni a él, ni a sus votantes”, como repiten casi como un mantra en su equipo de campaña. La idea pasó fundamentalmente por subir al ring sus ideas y debatirlas, pero sin confrontación directa. Fue una idea aportada por los equipos de comunicación del PT brasilero, en base a la vivencia propia que tuvieron en las campañas contra Jair Bolsonaro.

PURANOTICIA / LA NACION.COM.AR