Sábado 23 de septiembre de 2023 19:13

Papa Francisco hace un llamado a regular la inmigración con responsabilidad

“Quien se juega la vida en el mar no invade”, afirmó el sumo pontífice en su paso por Marsella, Francia.

El Papa Francisco abogó por una acogida justa de los migrantes en Europa, facilitando la entrada de estas personas por vías legales, y rechazó la propaganda alarmista sobre la realidad de la inmigración.


“Las palabras invasión y emergencia alimentan los temores de la gente y los puertos se cierran, pero quien se juega la vida en el mar no invade, busca acogida, busca vida”, dijo el Pontífice.


Durante la clausura de los “Encuentros Mediterráneos”, el Papa apeló a la responsabilidad europea y reiteró su petición de no encerrarse en la indiferencia ante el drama de la migración. “Los que se refugian con nosotros no deben ser vistos como una carga que hay que llevar, sino como dones”, subrayó.


“Hay un grito de dolor que resuena sobre todo, y que está convirtiendo el Mare Nostrum en Mare Mortum, el Mediterráneo de la cuna de la civilización a la tumba de la dignidad. Es el grito ahogado de los hermanos y hermanas migrantes”, dijo Francisco sentado en un sillón blanco en el centro del escenario instalado en el Palais du Pharo de Marsella.


Este llamamiento estuvo acompañado de la denuncia de las “campañas alarmistas”, de la “retórica fundamentalista” y de los “nacionalismos anticuados y beligerantes que quieren hacer menguar el sueño de la comunidad de naciones”.


El Mediterráneo es un “espejo del mundo” y “lleva en sí mismo una vocación global de fraternidad, único camino para prevenir y superar los conflictos”, pronunció el Papa.


Durante siete días, más de 120 representantes de Iglesias y jóvenes de las cinco orillas del Mediterráneo compartieron los actuales desafíos políticos, económicos y medioambientales de la región, pero también sus esperanzas para el futuro, con especial atención a la actual crisis migratoria.


Recordando el carácter heterogéneo y cosmopolita distintivo de Marsella, una “multitud de pueblos” que “ha hecho de esta ciudad un mosaico de esperanza, con su gran tradición multiétnica y multicultural”, reflejo de las múltiples civilizaciones del Mediterráneo, el Papa Francisco desarrolló su reflexión en torno a tres aspectos que caracterizan a la ciudad del sur de Francia: el mar, el puerto y el faro.

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