Martes 23 de abril de 2024 18:21
La creciente tensión en universidades de EE.UU. tras oleada de detenciones de estudiantes que protestan contra la guerra en Gaza
Las manifestaciones se han extendido de la Universidad de Columbia, donde se desmanteló un campamento de protesta y hubo más de 100 detenidos, a Yale y otras instituciones superiores del país, mientras las autoridades buscan cómo controlarlas.
Una nueva ola de protestas estudiantiles contra la guerra en Gaza se está extendiendo por los campus universitarios de Estados Unidos, y está provocando detenciones masivas de estudiantes.
Las manifestaciones se han extendido de la Universidad de Columbia, donde se desmanteló un campamento de protesta y hubo más de 100 detenidos, a Yale y otras instituciones superiores del país, mientras las autoridades buscan cómo controlarlas.
Durante la noche de este lunes, la policía actuó para acabar con una protesta en la Universidad de Nueva York (NYU) y realizó varios arrestos.
El mismo día, decenas de estudiantes fueron detenidos en Yale, mientras que Columbia canceló las clases presenciales.
Campamentos similares se replican en la Universidad de California en Berkeley, el MIT y otras de las universidades más destacadas del país.
Las manifestaciones y acalorados debates sobre la guerra de Israel en Gaza y la libre expresión han sacudido los campus de EE.UU. desde el ataque de Hamás en Israel el 7 de octubre, que dio inicio la campaña militar israelí en la Franja.
Cuando fue consultado sobre las protestas universitarias el lunes, el presidente de EE.UU., Joe Biden, dijo que condenaba tanto “las protestas antisemitas” como a “aquellos que no entienden lo que está pasando con los palestinos”.
Ceremonias de graduación en duda
Las autoridades de estas prestigiosas e influyentes universidades tienen dificultades para calmar los ánimos en sus campus y en su mayoría han fracasado.
Una de sus mayores preocupaciones son las próximas ceremonias de graduación.
La Universidad de Sur de California (USC) generó críticas y protestas la semana pasada cuando canceló el tradicional discurso de graduación de su estudiante más destacada, una musulmana que ha abogado a favor de los palestinos.
Un día después, USC anunció que tampoco contaría con los habituales oradores ni homenajeados en la ceremonia que reúne a 65.000 personas en el campus.
Por otra parte, la Universidad de Michigan anunció en su página web que designará una zona especial para los activistas fuera de los lugares en los que se realizarán las ceremonias de graduación, añadiendo que no intentará impedir las protestas pacíficas, pero que tomará medidas si se producen actuaciones ilegales.
Tensión en los campus
El movimiento de protestas en los campus fue el centro de atención la semana pasada después de que la policía de la ciudad de Nueva York fuera desplegada en el campus de la Universidad de Columbia, donde arrestó a más de 100 manifestantes.
En un comunicado emitido el lunes, Columbia anunció que todas las clases se realizarían virtualmente, con la presidenta de la institución, Minouche Shafik, citando incidentes de “comportamiento intimidatorio y hostigador”.
Shakif expresó que las tensiones en el campus habían sido “explotadas y amplificadas por individuos que no están afiliados a Columbia que han venido al campus para promover sus propias agendas”.
En la Universidad de Nueva York, los activistas armaron carpas frente a la Escuela Stern de Administración de Empresas.
Como ha sucedido en otras universidades, los manifestantes de NYU exigen que los administradores revelen y se despojen de “su financiación y donaciones recibidas de productores de armas y empresas con intereses en la ocupación israelí”.
Al caer la noche el lunes, la policía empezó a arrestar a los manifestantes allí.
Horas antes, casi 50 activistas fueron arrestados en la Universidad de Yale, en New Haven, Connecticut, donde las autoridades dijeron que cientos de personas se habían congregado.
Campamentos de protesta también se han erigido en la Universidad de California en Berkeley, el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), la Universidad de Michigan, el Emerson College y Tufts.
Acusaciones de antisemitismo
Las autoridades en la Universidad de Nueva York dicen haber recibido informes de “cánticos intimidatorios y varios incidentes antisemitas”. Este asunto ha empañado las protestas más ampliamente.
Videos que fueron recientemente publicados parecen mostrar a algunos manifestantes cerca de Columbia expresando su apoyo al ataque de Hamás en Israel.
La congresista demócrata Kathy Manning, que visitó a Columbia este lunes, afirmó que vio a manifestantes llamando a la destrucción de Israel.
El grupo jasídico Chabad de la Universidad de Columbia, dijo que los estudiantes judíos habían sido sujetos a gritos y retórica hiriente.
También se informa de que un rabino afiliado a la universidad envió un mensaje a 300 estudiantes judíos de Columbia, aconsejándoles a evitar el campus hasta que la situación “mejore dramáticamente”.
Los integrantes de los grupos que protestan que han emitido comunicados públicos niegan el antisemitismo, señalando que sus críticas están reservadas para el Estado de Israel y sus defensores.
En un comunicado el domingo, el grupo Estudiantes de Columbia para la Justicia en Palestina dijo que rechaza “firmemente cualquier forma de odio o discriminación” y criticó a “los individuos incendiarios que no nos representan”.
En la mira del Congreso
En su propio comunicado, Shafik informó de la creación de un grupo de trabajo en Columbia para “lograr una resolución de esta crisis”.
La universidad y Shafik, que la semana pasada viajó al Capitolio en Washington a rendir testimonio ante un comité del Congreso sobre las medidas de la universidad para enfrentar el antisemitismo, están siendo exhortados a resolver la situación.
Un grupo de legisladores federales, liderados por la representante republicana de Nueva York Elise Stefanik, firmó un carta el lunes solicitando la renuncia de Shafik por lo que Stefanik describió como “el fracaso de poner un fin a la horda de estudiantes y agitadores que instan a actos de terrorismo contra los estudiantes judíos”.
Las protestas en Nueva York también llamaron la atención de los representantes demócratas Kathy Manning, Jarred Moskowitz, Josh Gottheimer y Dan Goldman.
Gottheimer dijo que Columbia “pagaría el precio” si fracasa en asegurar que los estudiantes judíos se sientan bienvenidos y seguros en la universidad.
Entretanto, en una carta publicada en internet, la republicana de Carolina del Norte, Virginia Foxx, que preside el Comité de Educación de la Cámara Baja, escribió que “el continuo fracaso de Columbia para restaurar el orden y la seguridad” constituía una violación de las obligaciones que supeditan la asistencia federal y debe ser “inmediatamente rectificado”.
Las protestas también han dado pie a que Robert Kraft, el dueño del equipo de fútbol americano New England Patriots y un destacado exalumno de Columbia, advirtiera a que dejaría de apoyar a la universidad hasta que tome una “acción correctiva”.
La cuestión de la libertad de expresión
Algunos miembros del cuerpo docente de la universidad han culpado a Columbia por su manejo de las protestas y por llamar a la intervención de la policía.
Un grupo de profesores se declaró “estupefacto de que [la presidenta Shafik] no defendiera la libertad de pensamiento que es central a la misión educacional de una universidad en una sociedad democrática”.
También criticaron la disposición de Shafik a apaciguar a los legisladores que buscaban interferir en los asuntos universitarios.
En un comunicado enviado a la BBC el lunes por noche, el Instituto Knight para la Primera Enmienda de la propia universidad pidió una “corrección de rumbo urgente”.
Citó las reglas de la universidad para afirmar que las autoridades externas únicamente podrían ser involucradas cuando existía un “claro y actual peligro para las personas, propiedad o funcionamiento sustancial de cualquier división de la universidad”.
“Para nosotros no es evidente cómo un campamento y unas protestas representaran tal peligro, aún si no tuvieran autorización”, decía el comunicado.
El ataque de Hamás en el sur de Israel el 7 de octubre resultó en la muerte de 1.200 personas, la mayoría civiles, y la toma de otras 253 como rehenes en Gaza.
Mientras, más de 34.000 personas han muerto en Gaza, la mayoría niños y mujeres, a causa de la ofensiva israelí en el territorio palestino.
(Imágenes: Getty Images, Asna Tabassum, EPA)
PURANOTICIA // BBC MUNDO