Lunes 9 de enero de 2023 16:20
Cómo ocurrió el asalto de miles de seguidores de Bolsonaro a las sedes de los tres poderes en Brasil
Los bolsonaristas pedían una intervención militar y la renuncia de Luiz Inacio Lula da Silva, quien derrotó a su rival de extrema derecha en las elecciones de octubre.
La capital de Brasil fue escenario este domingo de dramáticos sucesos en lo que muchos definieron como un "asalto a la democracia".
Miles de seguidores del expresidente Jair Bolsonaro invadieron los edificios del Congreso Nacional, la Presidencia y el Supremo Tribunal Federal (STF) en una jornada de caos.
Los bolsonaristas pedían una intervención militar y la renuncia de Luiz Inacio Lula da Silva, quien derrotó a su rival de extrema derecha en las elecciones de octubre.
Ante lo sucedido, el presidente de Brasil decretó la intervención federal de Brasilia, lo que significa que el área de seguridad pública de la capital queda bajo supervisión del gobierno federal hasta el 31 de enero.
Lula dijo que lo sucedido este domingo "no tiene precedentes en la historia del país". Su ministro de Justicia habló de "terrorismo" y de un intento de "golpe de Estado".
Horas después, las autoridades anunciaron que habían recuperado el control de los edificios que, al ser domingo, estaban vacíos en el momento de un asalto que evidencia la tensión política que vive el país en los últimos años.
Las fuerzas de seguridad arrestaron a más de 1.200 personas, informó este lunes el Ministerio de Justicia.
Las autoridades están evaluando los daños materiales producidos en el asalto.
Entre los objetos destruidos hay un reloj del siglo XVII de Balthazar Martinot -el relojero de Luis XIV- regalado por la corte francesa a Brasil y el cuadro As Mulatas del pintor brasileño Candido Portinari valorado en más de US$1,4 millones.
"Esto es terrorismo, es un golpe de Estado. Estamos seguros de que la gran mayoría de la población no quiere que se imponga esta oscuridad", dijo el ministro de Justicia, Flávio Dino.
Las dramáticas escenas se produjeron una semana después de la toma de posesión del izquierdista Lula, el pasado 1 de enero.
En su discurso de inauguración, el nuevo mandatario prometió reconstruir el país. Criticó también duramente las políticas de su predecesor, quien fue a Estados Unidos y evitó estar presente en la ceremonia de cambio de mandato.
A través de Twitter y tras horas de silencio, Bolsonaro se desmarcó de las acciones perpetradas por sus seguidores.
El asalto a las sedes de los tres poderes
La posibilidad de invadir edificios públicos en la Explanada de los Ministerios y la Plaza de los Tres Poderes -donde se encuentran el Congreso, el STF y el palacio presidencial-, en la zona central de Brasilia, ya circulaba en los grupos de Whatsapp bolsonaristas desde hace al menos cuatro días.
Se hicieron varios llamamientos en las redes sociales y la expectativa era que decenas de autobuses con simpatizantes del expresidente Bolsonaro (2018-2022) llegaran a Brasilia el fin de semana.
Tras la derrota electoral de octubre, muchos bolsonarisas que se niegan a aceptar la derrota del pasado octubre ante Lula crearon campamentos en ciudades de todo Brasil, algunos fuera de los cuarteles del ejército, demandando la intervención de los militares.
Parecía que su movimiento había sido frenado por la toma de posesión de Lula: algunos campamentos en Brasilia habían sido desmantelados y no hubo altercados el día que prestó juramento el pasado 1 de enero.
Pero las escenas del domingo mostraron que esas predicciones fueron prematuras.
Los manifestantes, que se concentraron en la mañana frente al Cuartel General del Ejército, se trasladaron a la avenida donde se encuentran los ministerios gubernamentales y varios monumentos nacionales.