Paulina Nin desclasificó inédita historia de su animación del Festival de Viña del Mar junto a Antonio Vodanovic: “De que lo hice sufrir, lo hice sufrir”

La noche de este domingo, Canal 13 emitió un nuevo capítulo de su estelar “De Tú a Tú”, el que bajo la conducción de Martín Cárcamo, recibió como invitada a la ex figura televisiva, Paulina Nin. 

En la íntima conversación, la animadora desclasificó un inédito momento que ocurrió en el Festival de Viña del Mar de 1992, el que condujo junto a Antonio Vodanovic, antes de la presentación de Loco Mía, banda que tenía que presentar en conjunto. 

“Estábamos en comerciales y teníamos que volver para presentarlos. Nos ubicamos, estaba con Horacio Saavedra y la orquesta y todos estaban emocionados esperando a Loco Mía. Entonces, viene el productor y me dice ‘Paulina, estamos al aire’ y yo veo que Antonio no está”, comenzó relatando.  

“Me pongo a hablar no más: ‘Maestro Horacio Saavedra, con esta característica volvemos a la Quinta Vergara porque comienza a bailar el público y ya vienen ellos’. Y empieza la música de Loco Mía y salen con los abanicos”, añadió. 

“Antonio no aparecía por ninguna parte, no estaba. Era como si los Ovnis lo hubieran abducido”, relató, agregando que junto en ese minuto apareció en la Quinta Vergara, según relató ella, todo enojado.

“Se sube al escenario y me dice ‘tú no podís presentar sola’ (sic.). Yo le digo ‘y vo’ no podís desparecer’ (sic.). Todo esto a dos metros del jurado, todo con una sonrisa, para que no se notara”, le contó al “rubio natural”, añadiendo que el icónico animador se le había ocurrido un inédito plan, del que nadie tenía conocimiento. “Se había subido a la grúa y de ahí él quería presentar a Locomía. Y como no le avisó a nadie, para todos desapareció”, reveló Paulina. 

“Me enojé, mandé a todo el mundo a la punta del cerro y dije: ‘quiero una van, me voy al hotel!. Yo les digo: ‘digan lo que quieran, que me enfermé, que estoy embarazada, que comí una lechuga mal lavada, cualquier cosa porque me voy’ y el otro sentado, amurrado en una silla”, expresó.

“Empezó a llegar más gente para arreglar el tortazo que había y todos me encontraron razón porque él no le avisó a nadie. Fue un malentendido que no lo hizo con maldad, pero también se salió de casillas y no correspondía”, agregó.

“Yo no me iba a ir, porque soy profesional. Pero de que lo hice sufrir, lo hice sufrir. Del ramo de flores que me había mandado Canuto (su esposo en ese entonces), saca una rosa, la arranca y se hinca delante mío. Me dice: ‘ya po’ flaca, no le pongas tanto’. Entonces le digo: ‘¡Todavía agarras flores que no son tuyas, que no has comprado! Fresco de porquería. Porque soy profesional me voy a quedar, pero a mí no me vienes a tratar mal nunca más’. De ahí yo creo que se dio cuenta que no podía ser así”, concluyó en su relato.

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