El miedo como factor en la segunda vuelta: experta tilda de "terrorismo psicológico" dichos cruzados de "comunismo" y "fascisimo"

Las masivas y constantes protestas sociales de fines de 2019 comenzaron a generar una polarización en la sociedad chilena que no se veía en al menos tres décadas. Y es que las manifestaciones en contra de la desigualdad social y en procura de un nuevo modelo de país, estuvieron muchas veces acompañadas de hechos violentos y delictuales –incluidos las denuncias de excesos policiales, por cierto–, lo que no tan sólo marcó la agenda política desde entonces, sino que también agudizó las diferencias entre compatriotas.

Este clima de división se plasmó aún más fuerte al año siguiente, el 2020, cuando se dio inicio a las campañas por el «Apruebo» o el «Rechazo» a una nueva Constitución. Mientras un sector apoyaba el realizar cambios estructurales al modelo de país; el otro rechazaba el mecanismo sugerido y optaba por cambios normados desde el Congreso Nacional. Así fue que los chilenos salieron en masa a las urnas y decidieron, por 78% contra un 22%, que el país debía redactar una nueva Constitución.

La polarización de los chilenos siguió profundizándose tras la elección de los miembros para la Convención Constitucional, ayudado también por la serie de groseros errores cometidos por algunos de sus integrantes. Con todos estos antecedentes, se dio inicio a la campaña presidencial, la que ha estado extremadamente marcada por estos hechos acontecidos desde el 18 de octubre de 2019 y que no sólo acentúan las diferencias políticas entre los candidatos, sino que agregan un ingrediente que no se apreciaba desde la década del 70: el miedo.

Ya en la carrera presidencial, y con José Antonio Kast Rist y Gabriel Boric Font como los únicos candidatos que lucharán por quedarse con la Presidencia, el clima polarizado nuevamente ha alcanzado niveles altos: por un lado, desde la campaña del abanderado del Frente Social Cristiano apuntan contra el modelo comunista que respalda a la carta de Apruebo Dignidad; mientras que por el otro replican contra el ultraconservadurismo del republicano, tildado incluso de "fascismo" por ex candidatos presidenciales como Marco Enríquez-Ominami y Yasna Provoste.

Y es que los términos «comunismo» y «fascismo», sumado a los constantes reproches de –por ejemplo– ponerse del lado de los violentos y no de las víctimas; o de construir una zanja para evitar la llegada masiva de inmigrantes ilegales; además de –también hay que decirlo– muchas mentiras propagadas por los adherentes de ambos, han generado que la palabra «miedo» suene o se lea con cada vez mayor frecuencia en las casas, el trabajo, tertulias con amigos o en las redes sociales.

Bajo este contexto, Puranoticia.cl tomó contacto con la directora nacional del Colegio de Psicólogos de Chile, Dra. Lilian Pérez, con el propósito de conocer más detalles en torno a esta emoción que muchos han evidenciado producto de lo que pasará en la segunda vuelta de la Elección Presidencial entre José Antonio Kast y Gabriel Boric.

"Yo creo que es mucho más que miedo, porque el miedo es una emoción natural, propia del enfrentarse a algo desconocido. Entonces, tenemos que procesar y nuestro cerebro, en función de eso, tiene tres opciones: se paraliza, enfrenta o huye.  Pero todo miedo tiene que ver con un tema adaptativo, de protección, de autocuidado, que tiene que ver con la sobrevivencia finalmente. También hay una distinción entre el miedo y el terror, que es más intenso y que muchas veces da respuestas fisiológicas desbordantes, como puede ser úlcera, colon irritable, temblor", indicó la profesional y académica de la Universidad de Playa Ancha.

En ese sentido, explicó también que cuando nos empiezan a atrapar aspectos que no son fisiológicos o biológicos, sino que más profundos, como lo ideológico, "genera mucho displacer, mucha sensación de incertidumbre, me genera cortisol, que tiene que ver con una cosa defensiva y, por ende, agresiva. Es ahí donde a mí, en lo personal, me preocupa, porque esto es un terrorismo psicológico, ya que estoy hablando de radicalismo absolutista".

"Por un lado se habla de «comunismo» y por otro lado se habla de «fascismo», es decir se está hablando de que estará acá Fidel Castro o Benito Mussolini, cosa que es imposible porque históricamente ya no existen y, además, la sociedad ha cambiado en plenitud, por lo tanto no se podría traer al presente esas ideas. Sin embargo, se abanderizan y posicionan en ideologías que en sí mismas ya no existen y no podrían existir, porque ya el ser humano ha cambiado, tiene experiencia y elementos a considerar a la hora de frenar antes que ocurran estos absolutismos. Por eso hablo de terrorismo psicológico", agregó la Dra. Pérez.

Junto a mencionar el factor de que desde muchos lados se tergiversa la información (fake news), la directora nacional del Colegio de Psicólogos sostuvo que "esos elementos, más que acompañar la toma de decisiones, las radicalizan. Y eso me preocupa mucho porque de eso a la violencia, a la agresión física, del "porque otro piensa distinto a mí", hay un paso. Estos elementos son un caldo de cultivo para la revuelta civil, para el movimiento civil destructivo, porque cuando no puedo negociar con las ideas, me bajo en la escala de enfrentamiento a la física".

Según dijo la experta, el problema de caer en estos niveles emocionales producto del miedo, es que la racionalidad pareciera no tener espacio, "porque para hablar de fascismo o comunismo, son ideas, representaciones burdas de situaciones que ocurrieron en el pasado, que no tienen por qué volver a ocurrir y que no ocurra también depende de nosotros. Entonces la cosa ya es más a nivel visceral, a nivel emocional, por lo tanto, mucho más posible que ocurran enfrentamientos, violencia física, y eso es lo que nosotros como sociedad tenemos que evitar".

Por último, la psicóloga Lilian Pérez concluyó diciendo que "ésta es una invitación, una oportunidad, para reflexionar lo que queremos como país, y construir desde nosotros lo que queremos: no queremos fascismo, no queremos comunismo, queremos chilenismo; es decir, que los chilenos sean quienes definan desde dónde se paran y cómo resuelven sus diferencias. No voy a importar un modelo llamado fascismo, no voy a importar un modelo comunista; quiero desarrollar un modelo llamado Chile".

PURANOTICIA