Agustín Squella: "La percepción pública de la Convención Constitucional ha ido a la baja y algo así no debería dejarnos indiferentes"

El funcionamiento de la Convención Constitucional, a poco más de tres meses de iniciada su primera sesión, fue el tema central de la entrevista que Agustín Squella Narducci concedió a Puranoticia.cl, abordando aspectos como las críticas que ha recibido el órgano –lo que incluso lo ha llevado a perder popularidad– y también referentes a la tierra derecha a la que ingresarán este lunes 18 de octubre.

Este abogado de la Universidad de Chile y doctor en Derecho de la U. Complutense de Madrid, de 77 años, si bien, reconoce que muchas de las críticas que se le han hecho al órgano constituyente han sido "sobredimensionadas", lo cierto es que reconoce que se han cometido errores como de coordinación y articulación de las comisiones transitorias, situación que ha ido mermando en la percepción pública de la Convención.

Pese a ello, la autoridad que representa al Distrito 7 de la región de Valparaíso, bajo el respaldo de la Lista del Apruebo (ex Nueva Mayoría), en cupo del Partido Liberal, aunque manteniendo su independencia política, se muestra optimista de cara a lo que viene a partir de este lunes 18 de octubre, fecha en que no sólo se cumplen dos años del inicio de la movilización ciudadana que dio origen a este órgano, sino que también el día escogido para comenzar a abordar los temas de fondo de la nueva Constitución.

De cara a este proceso que comienza en los próximos días, quien fuera Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales en 2009 muestra todo su optimismo, aunque advierte que para lograr el éxito se debe trabajar "no sólo coordinadamente, sino, más aún, articuladamente". Estas son las palabras del profesor de Introducción al Derecho y Filosofía del Derecho y ex rector de la Universidad de Valparaíso.

A poco más de tres meses de la primera sesión de la Convención Constitucional, ¿cuál es el balance que realiza Agustín Squella respecto al trabajo desarrollado?

- La Convención se constituyó como tal el 4 de julio e inició luego un proceso de instalación que acaba de concluir con la aprobación de las reglamentaciones internas necesarias para su funcionamiento. Ahora nos aprontamos a iniciar el trabajo sustantivo de estudio, propuesta y aprobación de normas constitucionales, divididos para ello en comisiones temáticas que, espero, funcionen con mayor coordinación y articulación de como lo hicieron las comisiones transitorias que se ocuparon de nuestra reglamentación, concluyendo no con un sólo reglamento general, sino en ese y cuatro más. Ojalá la Convención hiciera ahora un alto en el camino –un día, o acaso una mañana- para hacer un autoexamen de lo realizado y sacar lecciones para hacer mejor lo que nos espera por delante.

¿A qué atribuye usted las críticas que ha tenido la Convención en estos primeros meses? ¿Cuánto hay de desconocimiento, mala intención y/o responsabilidad de los propios convencionales en estas críticas?

- Hemos dado pie para críticas muchas veces justificadas, pero también es cierto que se han sobredimensionado algunas situaciones que no daban para tanto.  Lo preocupante es que, en el hecho, la percepción pública de la Convención Constitucional ha ido a la baja y algo así no debería dejarnos indiferentes ni hacer que nos refugiemos en la manida excusa de que nuestros problemas han sido sólo comunicacionales.

¿Cómo evalúa el rol que ha tenido la mesa? ¿Han sido bueno el desempeño de los constiuyentes Elisa Loncon y Jaime Bassa?

- Han tenido un buen desempeño, aunque no exento de algunos desaciertos. Así ocurre siempre con las personas que encabezan instituciones, sobre todo en este caso. No existen precedentes en la historia de Chile acerca de una Convención de este tipo. A veces hemos ido un poco a tientas y lo importante es no caerse y continuar avanzando.

Sabiendo que nadie tiene una bola de cristal y que a veces es muy difícil hacer proyecciones siendo éste un órgano nuevo, pero ¿cómo cree que termina el año la Convención Constitucional? ¿En qué grado de avance piensa usted que estarán?

- Terminaremos con un buen grado de avance en las distintas comisiones temáticas que empezarán a trabajar el 18 de octubre, pero para ello, repito, tendremos que trabajar no sólo coordinadamente, sino, más aún, articuladamente. De eso depende que el trabajo de cada comisión tenga el resultado que se espera. Las comisiones tienen que entender que responden a una lógica de división del trabajo y no de división del poder.

Usted en una entrevista alguna vez dijo: "Tengo el temor de que el prestigio del que goza la Convención empiece a caer". ¿Mantiene ese temor? ¿Ese temor ya es presente?

- Claro que lo mantengo. No se trata sólo de que estamos bajando en las encuestas. También constatamos esa baja en muchas de las personas con quienes hablamos fuera de la Convención, especialmente en la semana territorial en curso. Creo que la mayoría mantiene su esperanza en la Convención, pero de pronto se aprecia que podría ir perdiendo la confianza en ella, sumándonos al desprestigio que afecta a casi todas nuestras instituciones.  

No podemos no preguntarle respecto a la situación del constituyente Rodrigo Rojas Vade: ¿Cómo vivió todo este proceso usted? Desde que se entera que su enfermedad no era tal hasta el día de hoy.

- La viví con la perplejidad de todos. Se trató de una situación grave que dañó a la Convención. La mesa no le tomó inicialmente el peso y Rodrigo Rojas se demoró en presentar su renuncia a la vicepresidencia que ocupaba y se demoró aún mucho más en renunciar a la propia Convención. Tuvimos varias semanas de ambigüedad en tal sentido, mientras buena parte de la ciudadanía se frotaba los ojos y no podía creer lo que veía

¿Cómo ve usted toda la controversia generada en torno a los 2/3 y los plebiscitos dirimentes? ¿Cuál es su postura frente a este tema?

- Lo de los 2/3 fue una discusión totalmente innecesaria. Todos sabíamos, como sabemos hasta hoy, que ese quórum para aprobar las nuevas normas constitucionales solo puede ser cambiado por el organismo que lo estableció, o sea, el Congreso Nacional. Es allí donde debió plantearse el asunto y no aventarlo dentro de una Convención que no tiene competencia para alterarlo. Con los plebiscitos dirimentes pasa lo mismo: algunos, o muchos, pueden desearlos dentro de la Convención, pero esta no tiene facultades ni presupuesto para convocar a plebiscitos de tal carácter. 

Queremos preguntarle también por el rol que ha tenido la ex Concertación en la Convención Constitucional: ¿cómo lo evalúa? A su juicio, ¿es determinante realmente en el órgano?

- Forma ella un grupo o colectivo de pocos convencionales –yo uno de ellos-, pero que trabaja muy bien y tiene un buen equipo de asesores y otros profesionales de apoyo. Lo bueno es también que todos los grupos o colectivos  que hay en la convención son minoritarios, de manera que ninguno puede imponerse a los demás ni pasar aplanadoras. Entonces, tenemos el deber, y hasta la necesidad, de cultivar la virtud de la conversación para llegar a acuerdos. Sin acuerdos amplios no habrá nueva Constitución y algo así sería un fracaso para la Convención y para el completo país que la instaló. Dentro de nuestras diferencias, al interior y fuera de la Convención, lo más común que tenemos es Chile, o sea, el país de todos. ¿No deberíamos pensar un poco más en eso y algo menos en nuestras identidades personales o colectivas?

¿Qué debe esperar el Distrito 7 que usted representa de la Convención Constitucional? ¿Cuál o cuáles cree usted que debe/n ser los puntos que no deben faltar en la Constitución y que sean claves para la región de Valparaíso?

- El mar. Tenemos tanto mar y esa palabra no ha figurado nunca en ninguna de nuestras constituciones. Lo que hemos tenido hasta ahora son constituciones sin mar, de espaldas a éste, y espero que eso cambie ahora. Es el mar, no la cordillera, el que nos permite mirar más lejos. 

¿Cuál es su candidato o candidata presidencial y por qué?

- No tengo aún y ¿sabe una cosa? ojalá los constituyentes, con tener derecho a expresar cada cual su preferencia respecto de la presidencial próxima, ojalá no nos involucráramos en ninguna de las campañas. Eso nos alejaría de nuestro trabajo. El país nos quiere ver trabajando en la nueva Constitución, con participación popular, por cierto, pero sin andar agitando banderas detrás de un candidato o subidos a uno de esos camiones en que los postulantes a La Moneda recorren los barrios de nuestras ciudades. El país nos quiere ver en lo nuestro, todo el día y todos los días, que no es otra cosa que estudiar, debatir, concordar, redactar y proponer una nueva Constitución. Para eso nos eligieron, pensando en el futuro del país, y no para nos ocupemos de las elecciones de fin de año.

PURANOTICIA