La sorprendente nueva vida de "Tatón" garzoneando en su restaurante playero

El ex novio de Camila Recabarren tiene negocios y comenzó una nueva vida fuera de la farándula.

Miercoles 15 de octubre de 2014 a las 13:14 horas

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“¿Qué hace ‘Tatón’ garzoneando aquí?”. Esa es la pregunta que se hacen muchos turistas chilenos que visitan el restaurante La Cava de Pablo, en Isla Negra. Las personas han sido sorprendidas con la presencia de Alberto Púrpura, ex pareja de de Camila Recabarren, ofreciendo mariscos y pescados gourmet en el Litoral Central.

El argentino vive una nueva vida. Se alejó de las polémicas y los cahuines faranduleros, como el escándalo de paternidad que protagonizó en 2013 con la ex Miss Chile, quien desmintió que el hijo que tuvo sea de Púrpura. El hombre se fue a la playa, y de paso, se depuró en compañía de dos de sus tres hijos. Con ellos, lidera una serie de negocios familiares en la costa de la región de Valparaíso. Un camping en El Tabo, llamado La Castilla, el restaurante en Isla Negra y un futuro local de sushi.

Está en otra. Y no quiere volver a la palestra de la prensa rosa. Ni las preguntas por su actual estado sentimental quiere contestar. “Estoy súper bien”, afirma a glamorama.cl cuando se le pregunta si está pololeando. “De mi vida privada no hablo. Ni sí ni no. Estoy tranquilo. Bien, rodeado de mis hijos. Tengo un departamento en El Tabo donde vivo solo”, añade.

“Me vine en diciembre del año pasado, pero todos los veranos he trabajado en la playa, con mis hijos, desde hace varios años. Y es una vida tranquila, con harta pega, muy piola. Aquí todos me conocen, pero desde hace muchos años, así que todo bien, relajado”, aclara.

¿Cómo te has tomado este año, tras su salida de las luces y la farándula?

“Este año me lo he tomado tranquilo. El otro ya pasó. Hice lo que tenía que hacer. Aquí estoy con mi gente, trabajando en lo que siempre hice, que son empresas, negocios. Igual voy a Santiago, y me junto con mis amigos, con Sandy (Boquita), y otros conocidos, pero súper piola, sin cámaras ni nada. Estoy completamente alejado. Esa nunca fue mi vida”, dice.

¿Es garzón en el restaurante?

“La gracia mía es que me gusta atender a la gente que llega al restaurante. Es como si estuvieran en mi casa. Yo los atiendo. Aquí trabajan mi hijo, mi hija. Hacemos de todo. Es un negocio familiar. Y me gusta atender a la gente”. Una imagen de "Tatón" en el restaurante:

¿Cómo es su rutina?

“Bueno, hoy me levante a las siete de la mañana. Me junté con mi hijo y fuimos a San Antonio al supermercado. Llegamos con la mercadería. De repente salgo a trotar un poco por el bosque”.

¿Su vida gira en torno al restaurante y un poco el deporte?

“Si, hago deporte, pero ahora he estado un poco alejado, por la rutina. Nos va bien porque estamos en Isla Negra, y el museo (de Pablo Neruda) funciona todos los días, menos los lunes, entonces abrimos de martes a domingo, por lo que hay que estar acá”.

¿A la gente le gusta la comida que hacen?

“La encuentran excelente. Hay gente que viene de Santiago los domingos a puro comer acá”.

¿Alguna anécdota allí?

“El otro día vino a tomar once la Mariana Alcalde, y se sorprendió al verme. Pero también vienen amigos conocidos. Y la gente también se sorprende. Me saco fotos con ellos. Soy un tipo humano, común y corriente. Me reconocen igual. Hay familias que vienen siempre y me saludan de beso. Esta es mi vida, no la que pasó hace un tiempo”.

¿No echa de menos la farándula?

“No, para nada”.

Han pasado hartos meses desde el impasse con Camila Recabarren. ¿Hace algún mea culpa o autocritica sobre el conflicto de paternidad?

"Voy a repetir lo que dije siempre, porque nunca cambie mí discurso: por fecha, podría ser mía. Yo hice todo los trámites legales para de hacerlo de buena manera. No sé qué le pasó al juez. Primero lo aceptó y después no lo aceptó. Yo entiendo que ya está bien así. Está feliz y con su pareja nueva, que es un buen papá adoptivo, por decirlo así, pero no es el papá biológico de Isabella.

"Yo tenía que llegar hasta donde se podía. Yo no quiero molestar a nadie ni incomodar a nadie. El día de mañana se sabrá.

"Todo lo que dije es verdad. Yo hice todos los intentos por saberlo, porque tenía mis dudas pero, según el juez, primero aceptaron la demanda. y después dijeron que no, que la niña tenía que ser mayor edad y ella debía solicitar la paternidad”.