Calentado motores

La necesidad imperiosa de la previa es más vieja que el hilo negro lo sabemos, pero hay mucho soldado del amor que anda por ahí dándoselas de Usain Bolt y de paso dejando como la mona al género. Hay dos tipos de preliminares, sicológicos y físicos que son capaces de encender hasta las evas con fama de patita de pingüino. Quien logra manejar estos dos detallitos rápidamente se hace fama de bueno para el catre.

El oído

Quien no sabe el efecto que tienen los susurros en el oído de una mujer en medio de la pasión, simplemente no cacha nada. Éste, como casi todo el cuerpo de ellas, puede transformarse en un órgano sexual. Las palabras son un efectivo y poco utilizado instrumento de excitación señalan los expertos: "tocar, acariciar y sobre todo hablar y susurrar" nada es excluyente.

El sexo oral

Los que más saben, juran de guata que la prueba de oro para que un hombre alcance un doctorado en sexología es cuando llega a peinarse con el  sexo oral, pues muchas mujeres no llegan al orgasmo con la penetración, pero casi todas lo consiguen conla práctica cunilingus, así de sencillo.

Lento y con ritmo

En la búsqueda del placer no hay una postura que sea madre de todas las demás. Como con el vino, la mejor o las mejores serán las que prefiera la protagonista de la historia. Eso sí, por ningún motivo se puede perder el ritmo o la fluidez para pasar de una a otra. ¡Ah! No olvidar que la velocidad no es sinónimo de placer, generalmente las mujeres obtienen el máximo goce con los movimientos más lentos.

Miradas que matan

La mirada es otra de las herramientas fundamentales para conectarse con una fémina en el amor, no sólo porque las hace sentirse más sensuales, sino porque necesitan saber que él está ahí con ellas.

Hacer el amor

Auque resulte medio chuchi y a no ser que se trate de un "touch and go", para las mujeres es vital que cuando se unen con su pareja se hable de hacer el amor, según afirma Miren Larrazábal, presidenta de la Federación Española de Sociedades de Sexología. La estudiosa explica que muchos hombres no saben cómo conectarse con su love y suelen estar más preocupados por su propio desempeño, que en lo que significa un beso profundo y cariñoso.

El orgasmo de ellas: preocupación de ellos

Según un estudio del Instituto Kinsey, los hombres más felices son aquéllos que le dan importancia a los orgasmos de sus parejas. No sólo porque logran acoplarse con ellas, sino porque las mujeres perciben el gesto y son capaces de pedir, disfrutar y entregar sin guardar nada, lo que a la larga favorece a ambos.

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