Viernes 3 de enero de 2020 17:30
¿Por qué los adolescentes prueban el cigarro o la marihuana? Especialista de la UPLA lo explica
Neuropsicóloga de la Universidad de Playa Ancha afirma que en ese periodo, el proceso explorativo es inducido por lo que hacen compañeros y amigos.
Si tiene un hijo adolescente, tome asiento y lea con atención. Es frecuente que en este periodo el joven experimente los primeros acercamientos con el alcohol, el cigarro u otras drogas como la marihuana y, aunque usted no lo crea, esta conducta tiene una explicación científica.
La doctora Lillian Pérez, especialista en Neuropsicología y Neurociencias Cognitiva de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), explica que el ser humano necesita explorar para facilitar su proceso de aprendizaje. Los hacen los bebés cuando se llevan las cosas a la boca o cuando el niño recorre todos los espacios de una casa porque quiere saber qué hay más allá. Quiere conocer, experimentar. Lo mismo ocurre con los adolescentes.
"Cuando vamos creciendo, nuestra niñez/adolescencia, la exploración ya no es solamente a través de los sentidos, sino que parte algo que se llama 'proceso de aprendizaje vicario'. Es decir, (ven) qué hacen los demás, y empiezan por imitación a adquirir conductas del entorno (mis amigos, mis compañeros), porque mi cerebro sigue necesitando aprender, pero a través de los actos que hacen los demás. Por lo tanto, si los demás empiezan a consumir alcohol, yo quiero saber qué se siente", sostuvo la especialista, quien precisó que, en ese periodo de la vida, quienes validan al joven son los amigos y compañeros.
Ahora bien, el adolescente que experimenta primero se siente superior, lo que genera un efecto multiplicador que facilita que otros comiencen a probar sustancias. La especialista advierte que esta conducta se acentuará si en casa los padres tienen hábitos de fumadores, bebedores o consumen otras drogas.
TODO ESTÁ EN EL CEREBRO
Pero, ¿por qué un adolescente después de probarla, sigue consumiendo droga? La especialista explica que ello ocurre porque una parte del cerebro, llamado "núcleo accumbens", identifica y reconoce aquello que nos hace feliz. De hecho, hay muchos productos y sustancias que son adictivas, como el azúcar, hidratos de carbono y grasas, entre otros. Lo mismo ocurre con la marihuana, nicotina, alcohol y diversas drogas, así como también con aquellas conductas como el juego o las compras compulsivas.
En este contexto, resulta muy útil comprender que es natural que los adolescentes busquen experimentar otras sensaciones o experiencias, ante lo cual es clave saber cómo orientarlos adecuadamente para que no adopte el consumo como algo habitual. Sin embargo, los padres deben tener presente que decir "NO" cuando se busca que el adolescente se aleje de las drogas, no tiene sentido, pues -de acuerdo a lo que precisa la doctora Pérez-, el cerebro es incapaz de procesar esa palabra.
"Entonces ¿qué tengo que hacer? Un trabajo preventivo, decir 'mira hijo, esto te hace bien y esto definitivamente te hace mal', pero yo no le puedo prohibir, primero porque el cerebro no lo va a procesar; segundo, el adolescente, como está en desarrollo de identidad (porque está en desarrollo de la cognición social), lo más probable es que si le digo no, lo hará tres veces más, porque se quiere desidentificar de parecerse a la mamá o papá y busca su identidad propia. Por eso, más que decirle no, es invitarlo a mostrarle las consecuencias", sostuvo la especialista.
Agregó que la persona que necesita alguna de estas sustancias o desarrolla cierto tipo de conductas para sentirse feliz, podría reflejar la desregulación de tres neurotransmisores: dopamina, serotonina y noradrenalina, los cuales están asociados a las emociones.
Finalmente, la profesional advirtió que, para evitar el consumo de cualquier droga de un hijo adolescente, es clave conversar con él, saber cómo se siente y estar siempre atentos a cualquier cambio conductual, porque no hay mejor prevención que una actitud de escucha y atención por parte de los padres o familiares más cercanos.
PURANOTICIA